Mes dedicado a María

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MEDITACIONES SOBRE LA MADRE DE DIOS  PARA LOS DIFERENTES DÍAS DEL MES POR D. FÉLIZ SARDÁ Y SALVANY Pbro.

Día 1: MARÍA EN SU CONCEPCIÓN

¡Mi Madre, mi Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Estima de la Divina Gracia

María por singular privilegio, debido en cierta manera a su alta dignidad de Madre de Dios, fue concebida en el seno de su madre Santa Ana sin la mancha del pecado original, que del primer padre Adán contraemos todos sus descendientes.

Alma, saca de ahí, la estima en que debes tener la gracia de Dios, pues queriendo el Señor honrar de un modo extraordinario a la que escogió por Madre, no encontró otro más precioso que adornarla desde el primer instante, con ese de su divina gracia. También por el Bautismo se te ha dado a ti, ya que no en tu concepción, al menos en tu regeneración por medio de este Sacramento. ¿Cómo guardaste tan valiosa joya? ¿En qué aprecio la tuviste? ¿La expones a riesgos? No la cambies por placeres del mundo, cuida esta primera vestidura con que te engalanó el Señor al adoptarte por suyo, pues de ella cuenta habrás de dar.

Pide a tu buena Madre Inmaculada María, te alcance del Señor estima y aprecio del don sobrenatural de la gracia divina. Llora la desdicha de haberla perdido tantas veces, y procura no perderla ya más. Recóbrala por medio de una buena confesión.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 2: MARÍA EN SU NACIMIENTO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Buen uso de la vida para la santificación

Nació María y con su nacimiento se regocijaron cielos y tierra, y muy especialmente se llenó de júbilo la ancianidad de sus buenos padres Ana y Joaquín. Esta Niña celestial, nacida para tan altos destinos, empieza con su vida a poner en práctica los medios que para llegar a ellos le proporcionaba la Divina Bondad.

También has nacido tú para el glorioso fin de ser un día heredero del cielo y partícipe de la gloria de María. Ni se ha contentado el Señor con llamarte a esa herencia; mil medios te ha dado con que tus primeros años pudieses empezar a granjeártela. Vida, salud, fuerzas, padres cristianos, educación católica, sanos ejemplos, Misa y Sacramentos, interiores inspiraciones, ¿Cuántos recursos no ha puesto el cielo a tu disposición para guiar tus pasos y conducirte a buen puerto? Todo un capital te ha dado en préstamo para que negociases con él y labrases así tu eterna fortuna. ¿Qué has hecho de esos recursos, negociante infeliz? ¿En qué has empleado estas sumas de años y de meses, administrador mal aconsejado? ¿Acaso en proporcionarte vanidades, fruslerías, juguetes de niño, indignos de tu elevada condición de hijo de Dios, cuando no en hacerle guerra impía a Él mismo con horrendos pecados y monstruosas rebeldías? Con este capital con que debías adquirirte la gloria del cielo, te has fatigado amontonando únicamente lodo de la tierra, y enlodando con él tu alma, tu pobre alma, que rica de bienes del cielo podías presentar a Dios.

Piénsalo bien, y ofrece a tu Madre, por los méritos de su Nacimiento, acertado uso de los años que de vida te conceda el Señor en adelante, empleándote sólo en su divino servicio.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 3: MARÍA EN SU INFANCIA

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

 MEDITACIÓN: Compensación por los años perdidos

Crecía la tierna hija de Ana y Joaquín, y es de suponer que, como se dijo más tarde del Divino Jesús, adelantaba cada día en sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres. La veía el Padre Eterno y se complacía en esta delicada flor, de la que esperaba muy en breve tan suaves como sazonados frutos.

¿En qué has empleado los años de tu niñez y juventud? ¿Para quién fueron aquellas primicias de la vida, aquella lozana flor, aquella primavera deliciosa? Tal vez la ofreciste al enemigo de tu alma y de Dios por la disipación, la ligereza, o por la ociosidad y descuido en el divino servicio, grave obligación te nace de ahí. Los años perdidos para Dios debes compensarlos en adelante con más extraordinario fervor y con abundantes obras que te exijan y responsabilicen. No te limites a lo prescrito y mandado, pues tienes pendiente con Su Divina Majestad deudas y atrasos. Has de obrar ahora sin tomar en cuenta tasas y medidas, ya que los años más preciosos no los aprovechaste como debías.

Ponte a los pies de María, pidiéndole decisión para trabajar en adelante con más ahínco en la obra de tu salvación y para arrastrar otras muchas almas contigo.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 4: MARÍA EN SU PRESENTACIÓN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACION: Don de sí mismo a Dios

En edad muy tierna María es presentada por sus padres al templo, para servir en él más directamente al Señor y llevar allí vida recogida y silenciosa. María hace de sí este ofrecimiento, y ya no se considera suya, sino toda entera de Su Divina Majestad.

He aquí la base de toda santificación y vida espiritual ¿Quién te ha criado? Dios. ¿Quién te redimió? Dios. De Dios eres, pues, por título de creación, de redención, de conservación. De Dios eres con todas tus cosas, con tu salud y fuerzas, con tu alma y corazón. Nada de los que posees es tuyo, todo y tú mismo eres pertenencia de Dios. ¿Parecerá, pues, gran cosa que hagas de ti mismo ofrecimiento a Dios, cuando en realidad no le das con eso sino lo que ya le pertenece? Lo que sí has de considerar, es que si tal ofrecimiento no haces, o si no lo haces con toda lealtad y sin reserva alguna, o si no lo cumples después de prometido, robas en este caso a tu Dios y Señor, robas al Divino Dueño lo que es suyo con el descaro del más infame ladrón. No puedes, pues, atribuirte ni para tu gloria ni para tu regalo lo que tienes, y sí sólo para gloria y servicio de Dios.

Que María Santísima te alcance la gracia de imitarla en la generosa entrega que de sí hizo a Dios en el misterio de su Presentación, y pídela que sea Ella quien la presente con la pureza de su Corazón.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 5: MARÍA EN SUS DESPOSORIOS

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

 MEDITACIÓN: Perfección en el respectivo estado

Del retiro del templo salió María por divina disposición y consejo, para desposarse en virginal consorcio con un varón justo de su tribu, el patriarca San José. María desde entonces cambió la santa quietud del santuario por el taller de su esposo, el buen carpintero.

A diversos estados llama el Señor a las almas: unas al recogimiento de la vida solitaria, otras al matrimonio, etc… Más en todas quiere el Sumo Dueño ser servido con igual y perfecta fidelidad. Entre los quehaceres domésticos y el cuidado de los tuyos quiere Dios reinar en tu corazón, como en la soledad del claustro y en las obras de piedad y beneficencia. Son diversos caminos, pero no opuestos, con que se llega a un mismo fin, si se sigue en cada uno de ellos la inspiración divina que le tiene señalado a cada alma.

Examina tu conciencia para ver si en las peculiares obligaciones a que te ha llamado Dios, le has servido como en tal estado quiere Él. Sirve a Dios con tus negocios, que ese es el lugar en que quiere que te ganes tú el jornal de la eternidad. Si eres religioso, no vivas como seglar. Lo que a éste basta para su salvación, no te bastaría a ti para librarte de la eterna ruina. A todos nos quiere Dios para un mismo cielo, pero a cada uno le quiere allí por el camino que Él se ha dignado señalar.

Fija en esto toda tu atención, para ser como María en la casa de su casto esposo José, modelo fiel de tus obligaciones en el estado particular en que el Señor te ha colocado.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 6: MARÍA EN LA ANUNCIACIÓN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Docilidad a las inspiraciones divinas

A poco de hallarse la casta María desposada con José, le sorprendió un día un enviado celestial. El arcángel Gabriel le trae un mensaje de Dios, notificándole que va a ser Madre del Verbo, y aguardando tan sólo para la realización de este misterio el consentimiento que María le otorgó con estas palabras: “He aquí la esclava del Señor”; y el Verbo se hizo Hombre en sus virginales entrañas.

Muy a menudo recibes embajadas del cielo, si no tan gloriosas, no menos dignas de atención; si no por arcángeles, por inspiración divina y tal vez por el ángel de tu guarda. Voz de Dios es ese secreto movimiento que tú sientes a dejar aquella amistad vana, a practicar aquel sacrificio, a cultivar esa virtud, o a practicar aquella obra buena. ¿Por qué te haces sordo al divino llamamiento? Dices en el Padre Nuestro:”Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”. Cumple en tus obras lo que tantas veces afirma con tus labios. ¿Sabes a que te expones cerrando la puerta al Señor que llama, o por no abriéndosela más que a medias, o tardando en abrírsela por negligencia? Pones en riesgo que el Señor se aleje y busque a quien secunde la llamada que despreciaste.

Medita la conducta dócil y sumisa de María en este misterio de su Anunciación y pronuncia con Ella el “hágase” que deja actuar a Dios en tu vida.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 7: MARÍA EN VISITACIÓN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Caridad con los prójimos

Elevada María a la dignidad de Madre de Dios que sentía ya en sus entrañas, hizo un largo viaje para visitar a su prima Santa Isabel que se encontraba en semejante estado, próxima a dar a luz a Juan Bautista. Entró, la saludó, pasó con ella tres meses, intervino en el nacimiento del divino Precursor, e hizo con Isabel los oficios de buena y solícita servidora.

La vida espiritual y el trato con Dios y la perfección más elevada en su divino servicio, no han de alejarte de los servicios al prójimo, conforme se los puedas prestar según tu estado o condición. Las obras de caridad corporales y espirituales deben ser el fruto exterior de tu amor a Dios, ya que su divina ley se encierra en dos mandamientos, quererle a Él más que a todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo por amor a Él. Serás diligente, pues en visitar enfermos, consolar afligidos, socorrer necesitados, corregir a los que yerren, rogar por vivos y difuntos, y dar a todos luz de honrado y cristiano ejemplo. A cada uno pedirá Dios cuenta de su prójimo, pues nadie está tan aislado en este mundo que pueda individualmente labrarse, con abstracción de toda otra alma, la santificación y salvación de la propia. Somos una misma familia, piezas o resortes de un mismo mecanismo. Agrada a Dios sirviendo a tus hermanos con caridad.

Apóyate en el ejemplo de María, hacendosa y humilde servidora en la casa de Isabel. ¡Ella, la Madre de Dios! Ninguno puede excusarse.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 8: MARÍA EN SU EXPECTACIÓN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Presentación continua de Dios

Confiada en las divinas promesas que le habían sido anunciadas por el Ángel y ratificadas por Isabel, aguardaba con amoroso anhelo la dulce Virgen el plazo  de su cumplimiento y la hora feliz de ver en sus brazos al recién nacido Jesús. Pero entretanto le adoraba día y noche oculto y encerrado en su virginal seno como en un sagrario, y no se apartaba un instante de su espiritual trato y conversación.

Iguales afectos de ternura debes sentir para con Dios esforzándote en fomentarlos por medio del ejercicio de su divina presencia. En todas partes te asiste y vela por ti su infinita grandeza; más de un modo particular debes vivirle en tu propio corazón. Y hasta que en inmortal abrazo puedas gozar de su perfecta posesión en el cielo, se cauto y receloso sin abandonar al Dios que te inhabita. No consientas en tus operaciones nada contrario a la Ley de Dios ya que Él es testigo perenne de tus combates y si te mantienes fuerte y constante en ellos Él habrá de coronarlos. En las horas de desolación y tristeza, está contigo, no abandona ni defrauda.

Recógete en ti mismo y adórale día y noche con la delicadeza de María que se sabía siempre en su compañía. 

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 9: MARÍA EN SU VIAJE A BELEN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Resignación y sacrificio

Un edicto del emperador gentil llama a todos los hebreos al pueblo o ciudad de su origen; y para obedecerle emprenden María y José, en tan críticos días, el viaje a Belén. El camino es largo, cruda la estación, el estado de la Virgen delicadísimo, los recursos escasos. Y no obstante, va María alegre y serena, porque sabe que cumple con eso un designio de Dios.

Sea cualquiera la prueba a que te someta la Divina Majestad, y sea cual fuere el medio humano por el que te la envíe, acéptala sin murmurar, con ánimo pronto y resuelto, con espíritu dispuesto a todo, hasta el más costoso sacrificio. Donde veas clara la voluntad de tu Señor, acátala sin vacilación; ya te la comunique por medio de amigos o enemigos; ya con el carácter de arbitrariedad o persecución; ya con el de justa y racional medida. ¿Quién tiene más derecho a disponer de ti y de tus cosas que el Dueño y Soberano de ti y de todas ellas? ¿Y será lícito, y sobre todo, será respetuoso en un siervo fiel pedirle cuenta a su legítimo Señor? En todos los que me vejen o mortifiquen debo ver en ellos instrumentos de la Divina Providencia.

Esto iría pensando la celestial doncella durante su penoso viaje a Belén para obedecer a un capricho tiránico del gobernante, y eso debo pensar y reflexionar cada día durante el viaje de mi vida, para mantener tranquilo mi corazón y atento a la voluntad de mi Dios y Señor.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 10: MARÍA EN EL NACIMIENTO DE JESÚS

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

 MEDITACIÓN: Espíritu de pobreza

Llegan a Belén los fatigados esposos y buscan hospedaje entre aquellos vecinos. Ninguno abre sus puertas a los pobres forasteros. Y ya al caer la tarde salen de la ciudad ingrata y se recogen en una cueva junto a sus viejas murallas. Allí entre dos bestias, nace en la mitad de la fría noche y bajo un destechado establo el Unigénito de Dios. Unos pobres pastores, llamados por un ángel, acuden a adorarle. Coros celestiales cantan gloria sobre el ruinoso portal.

No te alarme, la pobreza, ni te desconsuele el desamparo, ni te aflija el menosprecio de tus propios amigos y familiares. En estas circunstancias quiso Dios se hallase su muy amada Madre en el momento más solemne de su vida, y en ellas quiso Él nacer. Ésta fue su corte y su palacio y su triunfal entrada en el mundo que venía a pisar con sus pies. Si te favoreció Dios con riquezas, no le deis vuestro corazón. Sé pobre, alma cristiana, aun entre el lujo y la opulencia, viviendo mortificada en medio de ellos, sin querer apurar la copa de sus dulzuras; gozándote antes en que tu generosidad la saboreen los pobres, en quienes debes ver vivas imágenes del buen Jesús. Pero si eres realmente pobre, ama esta real pobreza como el título más honroso de semejanza que te da derecho a llamarte hermano de Jesús. Y si eres, como Él, fino amador de la santa pobreza, sobre tu ruin techo cantarán los ángeles del cielo cantares de paz y te anticiparán los dulces y suaves regocijos del paraíso.

¡Enamórate de la santa pobreza, más gloriosa que el esplendor de los reyes con la que se revistió el Rey y su Reina!

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 11: MARÍA EN SU PURIFICACIÓN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Celo del buen ejemplo

La Virgen Madre, más pura que el sol, sale de su casita y va al templo cuarenta días después del alumbramiento para ofrecer allí su Hijo y purificarse como las demás mujeres. Exenta de esta ley por el carácter divino de su maternidad castísima, quiere no obstante sujetarse a ella, para dar en todo ejemplo de perfecta observancia legal.

Nada hay tan eficaz como el buen ejemplo, y es éste un arma de celo cristiano que toda alma fiel puede y debe emplear para gloria de Dios y provecho de sus hermanos. No se te pedirá tal vez cuenta, de si has escrito sabios libros, o pronunciado elocuentes discursos, o emprendido grandiosas empresas. Todo esto puede ser quizá muy ajeno a ti. Pero sí se te pedirá si diste buen ejemplo con tus palabras y acciones. Seas hombre, seas mujer, seas pobre, seas rico, seas iletrado, seas culto, tu voz y tu obra tienen  influencia, poca o mucha, a tu alrededor, y con esta influencia puedes ayudar a la causa de Dios y del bien, o a la causa del demonio su enemigo. Eres apóstol de Dios, si trabajas en su ayuda; satélite del diablo, si te empleas en las obras que él inspira. Tu familia, tu círculo de amistades o compañeros de trabajo, la plaza o calle en que vives, el sitio de diversión o pasatiempo que frecuentas, esa es la arena de tu apostolado, es el terreno en que siembras para bien o para mal. ¿Qué uso has hecho hasta hoy, de tan poderosa arma del buen ejemplo?

Esto deberás preguntarte en tu examen de conciencia para corregirte: ¿he favorecido con mis obras y palabras la causa de Dios o la causa del enemigo?

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 12: MARÍA EN SU HUÍDA A EGIPTO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Total desprendimiento

Pocos días después del nacimiento del Salvador, poderosos enemigos maquinan su muerte. Un ángel del cielo avisa a José. Y María con su esposo y el Niño se ven obligados a huir a Egipto, país extranjero, idólatra y enemigo de su nación. María emprende sin vacilar este viaje, y abandona confiada en la Providencia, su país natal.

Tales sacrificios exige alguna vez el servicio de Dios a las almas cuya fidelidad desea Él tener bien probada. A Abrahán, al llamarle a ser padre de su pueblo, empezó por mandarle el Señor que dejase su tierra, padres y parientes. Y en el Evangelio se nos dice repetidas veces que es forzoso en casos dados dejar padre, madre, esposa y hermanos y hasta la propia vida para seguir a Cristo. Lo cual no significa sino la sublime virtud del total desprendimiento, que es lo fundamental de toda vida de perfección. ¿Cómo quieres de otro modo volar libre, si tienes trabadas tus alas con lazos de la tierra, que son las desordenadas aficiones de que se trata aquí? El desprendimiento espiritual debe ser constante trabajo de tu vida en el mayor o menor grado que sea necesario para el cumplimiento de los designios de Dios sobre tu alma. Si deseas abrazar la santidad: Sal de tu patria, sal de los tuyos, sal de ti mismo,… el corazón que ha de llenarse de pensamientos y afectos del cielo, ha de vaciarse antes de todo pensamiento y afición terrena que puedan estorbarle.

Despégame, Dios mío, destiérrame, despréndeme, descárname de cuanto no seas Tú o no se encamine directa y exclusivamente a Ti.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 13: MARÍA EN SU VIDA DE DESTIERRO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Vida de peregrino en el mundo

Algunos años vivió la Sagrada Familia en Egipto, desconocida allí e ignorada, sufriendo todas las tristezas de la emigración y tal vez la pesadumbre de la miseria. Un día les llamó otra vez el ángel del Señor, y les dio orden de volver a su país, al haber pasado el peligro.

Egipto debe ser este mundo para ti, alma cristiana; y no como en tu propia patria, sino como en país extranjero has de morar en él. País extraño, país enemigo de tu Dios, país en que no puedes echar profundas raíces, país en que no se te concede vivir más que como ave de paso; tal es esta tierra de tu peregrinación. Te equivocas lastimosamente si te juzgas para él creada. No, tu patria no es ésta; tu patria es el cielo, de donde procedes y donde has de volver. Esta vida es camino, no posada; no fijes tu corazón donde sabes que no podrá hallar su definitivo asiento. Al cielo, al cielo han de mirar siempre tus ojos; al cielo han de dirigirse tus pasos; al cielo han de volar tus afectos; al cielo  todas las aspiraciones de tu corazón. Vida del cielo has de vivir aun estando aquí en la tierra, como en la patria y no en el país de su destierro tiene siempre sus ansias el desterrado infeliz. Sé avecilla ligera, capaz siempre de espaciarte en las alturas, no grosero reptil pegado siempre el rostro a la cenagosa tierra. No ha creado Dios la tierra para que ancles tus pies en ella, sino para que dejes tus huellas.

¡Aprende, de la Virgen María! Vive en este mundo como si en él no vivieses; trabaja como si únicamente para el otro trabajases. ¡Aquí no has venido a vivir; sino a morir!

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 14: MARÍA EN NAZARET

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Amor a la vida escondida

De regreso de Egipto la Virgen María con su esposo San José y el Niño Jesús vivieron  en Nazaret. Los evangelios no dicen de este período de la vida de María, sólo que el Niño crecía y era obediente a ella y San José. No se vuelve a hablar de María hasta la época del primer milagro de Jesús, cuando éste tenía ya la edad de treinta años.

No sin misterio ha dejado el Espíritu Santo como en la sombra este largo plazo de la vida de Nuestra Señora. Fue sin duda para enseñarnos cuán preciosa es a los ojos divinos la oscuridad de la vida común e ignorada. No se gana menos para el cielo en el silencio y penumbra de las virtudes solitarias y caseras, que en el ruido y pompa de los actos heroicos y extraordinarios. Antes bien la santidad ama generalmente esconderse para derramar su perfume solamente para gloria de Dios. Lo cual no contradice al otro deber, el de dar público testimonio de nuestra fe cuando llegue el caso; enseña, únicamente, que hemos de huir el aplauso y nunca obrar por él; no exhibirnos nosotros mismos en la escena del mundo, sino  esperar a que nos saque a ella Dios, si tal fuese su voluntad. Y sino la fuera, inclínate siempre por el humilde retiro, la condición llana y común, los caminos oscuros y poco frecuentados. El demonio hace presa muy particularmente en las almas que desean sobresalir, hacerse visibles. El más seguro riesgo es que salgan vacías de todo mérito las obras y sólo llenas de amor propio y vanidad.

Busca ser desconocido como enseña María en su vida escondida e ignorada de Nazaret.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

Día 15: MARÍA EN EL PRIMER MILAGRO DE JESÚS

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Importunidad en la oración

Asistió con su madre y algunos discípulos a unas bodas, y en ellas llegó a faltar el vino. María conoció el apurado trance de los novios y dijo a Jesús: “No tienen vino” y Jesús le responde: “¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”. Mas ella, no desalentada por esa aparente negativa, dijo a los criados:”Haced lo que Él os diga”. Y Cristo, por esa importunidad, hizo el milagro de convertir en vino el agua de unas tinajas que mandó llenar.

Reparemos como Cristo escoge hacer su primer milagro pedido por su Madre, para acreditar cuanto la quería y honrarla con su intervención en este asunto. No se contenta Jesús con que se lo pida, sino que espera a que le fuerce a ello. María no se dio por vencida, renovó la súplica en la forma más expresiva; mandó a los criados que se pusiesen a disposición del Divino Maestro. Queremos a veces ser auxiliados sin pedir con insistencia y empeñó; y quizá muchas veces sin empezar ni siquiera a pedir.

Propongamos hoy firmemente no dejar de las manos el arma poderosísima de la oración, pero tenaz, constante, incansable, importuna. Ésta es la que rompe la peña y nos abre la fuente de las bendiciones del cielo.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

Día 16: MARÍA EN LA VIDA PÚBLICA DE JESÚS

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Para Dios toda la Gloria

Cristo emprendió su predicación y las gentes se iban tras Él, atraídas por su doctrina y asombrosos milagros. En una ocasión las turbas le aclamaron profeta, varón de Dios, y aun quisieron alzarle por rey. María se conservaba oculta en su soledad, y nada apetecía sobre sí de aquella gloria y fama que hubiera podido acarrearle el ser conocida como Madre de tal Hijo.

Así debemos ser nosotros indiferentes a toda gloria nuestra, atentos a procurar solamente la de Dios. Den gloria a Dios nuestros trabajos y aprovechen a nuestros hermanos, pero mantengámonos nosotros escondidos, como si no fuesen nuestras aquellas obras que están llamando la atención. Mejor no tener merecimiento alguno ante los hombres, si estos no son gratos a los ojos de Dios. María, con sólo presentarse en compañía de su Hijo en aquel brillante teatro de sus prodigios, hubiera arrebatado tras sí la atención. No obstante, ni una sola vez se la nombra como personaje que interviniese en aquellas admirables escenas. En el calvario se la encuentra, sí, cuando no hay palmas ni laureles que compartir con su Hijo, sino injurias y desprecios.

Que este ejemplo de la Madre de Dios nos haga cautos y reservados, celosos de la modestia y humildes.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 17: MARÍA EN LA CALLE DE AMARGURA

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Amor a la Cruz

Vinieron entretanto los horribles días de la Pasión en los que Jesús fue entregado como cordero en manos de sus feroces enemigos. Fue preso, abofeteado, escupido, azotado, coronado de espinas, y condenado a muerte de cruz. Supo María la cruel sentencia, y fue a abrazar a su Hijo en el camino del Calvario, y le siguió luego hasta la hora de su crucifixión.

 No debe bastarte, el que Jesús haya padecido y muerto por ti. Debes hacer tuya su cruz y tomarla sobre tus hombros, y seguir así todos los pasos de tu Divino Redentor. María no se estuvo sosegada en su habitación cuando supo que llevaban a crucificar a su Hijo, ni se contentó con lamentarse en su soledad con estériles desconsuelos. Animosa y valiente buscó al Hijo de su alma entre aquel mar de sufrimientos; no temió al pueblo seducido, ni a los fieros verdugos, ni al brutal ejercito romano. Por el rastro de la Divina Sangre no paró hasta encontrarse cara a cara con su dulce Jesús, y asociarse hasta el fin a su dolorosa tragedia. Quiso que fuesen suyas las injurias que recibía, suyos los golpes y heridas que Él recibía en su cuerpo y que María sentía redoblados en su corazón. ¡Alma cristiana, asóciate a los padecimientos de Cristo por medio de la perfecta mortificación! De dos maneras puedes hacerlo. Primeramente, sufriendo con paciencia y buena voluntad lo que te aflija y desconsuele, ya venga permitidas por Dios, como enfermedades, dificultades y contratiempos en el trabajo o vida social, muertes de amigos etc, ya vengan por los hombres persecuciones, difamación y demás. En segundo lugar, buscando por ti mismo la cruz por medio de las asperezas de la penitencia; privando a tu cuerpo de inútiles regalos; viviendo sobriamente como pide el apóstol San Pablo; satisfaciendo y corrigiendo lo que debes por tus desórdenes pasados y presentes a la justicia de Dios.

Decídete a vivir pacientemente a imitación de tu Madre y Señora una vida mortificada.           

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

Día 18: MARÍA EN EL CALVARIO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Valor y constancia

Era éste el espectáculo del Calvario. Cristo clavado en la cruz. Los dos ladrones crucificados a derecha e izquierda de Él. Los fariseos y escribas delante, insultando los últimos momentos del Divino Moribundo. María, las demás mujeres piadosas y Juan firmes al pie de la cruz.

Admira la constancia y firmeza más que humanas de María. Desde que buscó y encontró a Jesús en la calle de Amargura, fue siguiéndole paso tras paso, y no quiso ya separarse más de Él. Vio su desnudez, oyó el martillar sobre los clavos de sus pies y manos, le miró alzado en lo alto sobre el sangriento madero, una a una recogió sus últimas palabras y encomiendas, mantuvo el rostro sereno ante el horror de los elementos perturbados al expirar el Divino Salvador. Esta es la imagen de lo que debe ser toda alma fiel en los momentos en que llega la amargura de la tribulación. Así en la cruz de Cristo, sabiendo que allí está su seguridad y su apoyo, no ha de temer borrascas ni retroceder, ni cejar, sean cuales fueren las aflicciones que haya de acoger su despedazado corazón. No se vive en amor sino a costa de graves dolores, que son la prueba de su perfección. Almas tibias y flacas, que vaciláis a la menor contrariedad, huís despavoridas del lugar del sacrificio, cuando os lo exige la honra de lo que amáis. No amó así María, nuestra Madre y Madre de Dios.

Mírate en este espejo, y aprende en María la fuerza y la firmeza del verdadero amor  probado en el sufrimiento. Bebe como Ella tu cáliz de pasión hasta el fin, hasta lo más amargo, si quieres reinar un día sin llanto ni pena alguna en el gozo de tu Señor.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 19: MARÍA JUNTO AL SEPULCRO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Única confianza en Dios

Dos piadosos varones bajan de la cruz el cadáver de Cristo, y después de haberlo tenido en sus brazos la desconsolada Señora, le dan honrosa sepultura y cierran luego con una piedra. María se ve privada hasta de ese último consuelo sensible, y sumida en la más dolorosa soledad.

Las consolaciones sensibles suele prodigarlas el Divino Esposo a las almas primerizas en la virtud, que necesitan la leche de estas dulzuras para que les sea más fácil el desapego de las mundanas satisfacciones, a que tal vez vivieron entregadas. Mas pasada ésta infancia espiritual, no es ya la leche de los consuelos el manjar de las almas adultas; es muchas veces el pan duro de la interior tribulación. Se esconde aparentemente el Señor; se cree el alma abandonada de su Dios y Señor. Los más grandes santos han pasado por la dolorosa prueba de la interior desolación. Dios, bondadoso con ella, aun en medio de su aparente desvío no permite sucumba a la duda y la desesperación, pero se vale de esta espada para acabar de cercenar el corazón que quiere para sí, de todo resto de afecto humano, y así asegurarle en humildad y baja estima de sí. Como se afina el oro en el crisol y como se aquilata el diamante, así les sucede a las almas fieles bajo la amargura del interior desconsuelo.

No desmayes aunque negras sombras de desolación te roben la presencia sensible de tu Señor. Separación verdadera de Dios sólo se hace por el pecado mortal, que es lo único que debes verdaderamente temer.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 20: MARÍA ESPERANDO LA RESURRECCIÓN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Confianza en la Divinas Promesas

No era la fe de María, flaca, asustadiza y desconfiada como la de los discípulos. Estos miedosos y despavoridos, se habían encerrado por temor de los judíos después de la muerte del Señor, no tenían toda la seguridad que debía inspirarles la promesa de la resurrección de su Maestro. María, animosa y valiente, nunca perdió esta seguridad, y con firme certeza la esperó.

Este debe ser el carácter de las almas verdadera y sólidamente cristianas, así en las perturbaciones de su propio espíritu como en las persecuciones y catástrofes que amenazan en nuestros días a la Iglesia de Dios. Esperar contra toda esperanza es el distintivo del verdadero amor que se apoya en la confianza.

Ésta es la fórmula más exacta de la máxima confianza en las divinas promesas, que no debe nunca ni por nada perder el buen cristiano.

¿No se hubiera podido juzgar enterrada con el Divino Jesús toda esperanza de triunfo para su doctrina? Sin embargo, el Salvador había asegurado su resurrección. Y María, segura de la promesa de su Hijo, templaba el infinito dolor de su alma con esa infalible certeza… sabía que su tristeza se convertirá en alegría, y este gozo suyo es el que nadie nos puede ya arrebatar.

¿Crees esto? Es palabra de tu Dios, cien veces repetida en las Santas Escrituras; ten, pues, confianza y seguridad conforme a esta creencia. ¡Apóyate en la fe de María!

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 21: MARÍA EN EL PRIMER ABRAZO DE SU HIJO RESUCITADO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Preludios del gozo en el cielo

La primera de las apariciones de Cristo resucitado debió de ser para nuestra Madre y Señora. ¿Cómo podía negar esta preferencia de amor a la que tan privilegiado lugar había tenido en la participación de sus dolores? Y si tan tierno estuvo el Señor con las mujeres y con los discípulos, hasta con los que le habían ofendido con cobardía ¿cuánto debió de estarlo para con su dulce Madre, tan digna siempre de su predilección?

Las ganancias del amor son los dolores, pero no os asustéis; el bondadoso Dueño a quien servimos cuida también lo suficiente de templarlos y consolarlos con regaladas dulzuras. Saben esto las almas fieles que saborean este escondido maná. A los mártires en sus torturas, a los penitentes en sus asperezas, a los misioneros en sus fatigas, a todas las almas verdaderamente fieles en sus luchas y contradicciones, se hace presente repetidas veces nuestro buen Dios por medio de interiores consolaciones.

Si te agobia, alguna vez el peso de la cruz, confía en la Divina Bondad, que no tardará en hacértela más llevadera con el regalo de sus inefables abrazos, prenda y anticipación de los eternos que te reserva en el paraíso.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 22: MARÍA EN LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Anhelos del cielo

Cuarenta días después de la Resurrección se verificó la Ascensión de Cristo Nuestro Señor a los cielos. María, con los apóstoles, le vio alzarse triunfante por su propia virtud; abrirse paso a través de las nubes, y esconderse tras ellas con gloria y majestad. ¡En pos de Él volaba el corazón de María!

La vida del cristiano no debe ser más que un anhelo continuo de los goces purísimos de la gloria. Nuestra conversación, dice el apóstol, es o debe ser de los cielos. Se comprende que traigamos ocupadas en lo terreno las manos, pues con ellas hemos de sostener aquí nuestra vida material, y que con el barro se nos enloden alguna vez los pies, ya que nuestro cuerpo ha de vivir sobre esta grosera materia. Pero el corazón como el fuego, debe tener hacia lo alto su centro de gravitación, y a lo alto aspirar, y en lo alto vivir, y sólo en lo alto buscar su definitivo descanso. Pensando en el cielo se templan todas las amarguras de la tierra; se encuentran despreciables, como son en sí, sus vanidades, risibles sus honores, de ninguna importancia sus rencores y amenazas. Pensando en el cielo es como se da a todo lo que no es del cielo su propio y verdadero valor. Crece y se agiganta el alma según son crecidos y agigantados sus pensamientos; así como, al revés, se empequeñece y anula según son ellos de ruin y mezquina talla. Vivamos con el corazón en el cielo, y nada veremos en el mundo que nos fascine.

Recógete cada día, a pensar, al menos unos breves minutos, en el cielo que te aguarda, y experimentarás luego cuanto disminuyen todos los desasosiegos y sinsabores de esta vida mortal.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 23: MARÍA ESPERANDO LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Celo por la perfección del prójimo

Después de la Ascensión del Señor se recogieron los apóstoles en el Cenáculo de Jerusalén, para aguardar en oración la venida del Espíritu Santo que se les había prometido. María, que tenía ya en sí toda la plenitud de los divinos dones, se encerró con los apóstoles en aquel piadoso retiro, para unir sus oraciones a las de los discípulos.

Mucho debes trabajar por tu propia santificación, pero mucho puedes y mucho debes también interesarte y trabajar por la santificación de tus hermanos. “A cada cual ha dado Dios cargo de su prójimo”, dice el apóstol, y esta expresión significa el deber del celo para la perfección en la virtud de las almas que por nosotros pueden ser ayudadas. María en el Cenáculo oraba, y con su oración alentaba y encendía la oración de aquellos discípulos, y la acompañaba hasta el trono del Eterno, y la ayudaba a lograr de la divina misericordia el apetecido don. ¿Enseñas a orar a tus hermanos? ¿Oras al menos por ellos y por sus necesidades? Aunque no seas sacerdote o religioso, a quienes obliga de un modo especial, puedes y debes hacer lo que hacía en el Cenáculo con los apóstoles allí reunidos la Madre de Dios. Que te vean pues, tus prójimos en el templo piadosa y edificante; oigan de tus labios enseñanzas de perfección y vida interior; que te hallen siempre pronta en su auxilio, con el de tus oraciones, en todas sus necesidades así espirituales como corporales. Es una de las mayores obras de misericordia rogar a Dios por los vivos y por los difuntos, y muy a menudo tenemos olvidada esta obligación.

Por los vivos y por los muertos, por los justos y por los pecadores, por tus conocidos y por los que nunca has de conocer, por los que bien te quieren y por los que te quieren mal, ora frecuentemente, y ora con celo y fervor.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

Día 24: MARÍA EN EL DÍA DE PENTECOSTÉS

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Alegría por los bienes ajenos

En el gran día de Pentecostés descendió sobre los apóstoles reunidos en Jerusalén el Espíritu Santo, llenándolos de sus dones, concediéndoles hablar diversas lenguas, trocando sus corazones de débiles en esforzados, y sus inteligencias de rudas en sabias, y sus labios de toscos en elocuentes. María tuvo gran regocijo viendo favorecidos con tan espléndidos dones a los discípulos de su divino Hijo y Señor.

Espiritual alegría debes tener, cuando veas en tu prójimo gracias y bendiciones del cielo que tú no tienes, y que él emplea para gloria de Dios y bien de su Santa Iglesia. No te tiente el demonio de la envidia, negra y baja pasión que hace entristecer por los bienes ajenos, y que es uno de los más graves pecados.

Tiene más aplicación en la vida común de la que solemos creer esta doctrina. Son frecuentes, entre personas espirituales y dadas a Dios, celos y envidias, causa de rencillas y divisiones entre hermanos de una misma fe, y fuente en consecuencia de innumerables pecados. Haga el bien y que este se haga, aunque no lo hagamos nosotros; crezcan nuestros hermanos y prosperen en sus obras santas, por más que nos deje Dios a nosotros y a los nuestros en oscuridad. María, el día de Pentecostés vio levantarse del Cenáculo, sabios y elocuentes a los pobres pescadores a quienes conoció antes tan rudos e ignorantes. Y se regocijó mucho pensando en la gloria que de eso había de resultarle a Dios Nuestro Señor.

Alégrate como María de que los demás sean lo que Jesús espera de ellos, de “que los demás sean más santos que tú con tal de que tú sea todo lo santo que puedas”.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 25: MARÍA EN LA NACIENTE IGLESIA

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Ayudar a los principiantes en la virtud

Del Cenáculo de Pentecostés y de las primeras predicaciones de los apóstoles nació por aquellos días la Iglesia de Dios. Los convertidos fueron muchos, y asombraban al mundo con el buen olor de sus ejemplos. María era el alma de aquella naciente Iglesia.

Seamos como la Madre de Dios, protectores solícitos de los que dan sus primeros pasos en la virtud. De Job se escribe que entre las infinitas obras de caridad en que se ejercitaba para con sus prójimos, era la principal hacerse ojo para el ciego y pie para el cojo. Así debe ser el alma celosa de la gloria de Dios y del espiritual provecho de sus hermanos.

En todas partes se da campo abierto para esa acción, en el hogar, en las escuelas, en los talleres, lugares de trabajo o de ocio. María entre los primeros cristianos era reflejo y el recuerdo constante de las enseñanzas de su Divino Jesús. El buen cristiano en medio del mundo puede serlo por medio de su acción y de su conversación  perfectamente adecuadas a la norma evangélica.

¡Oh Reina de los apóstoles alcánzame de Dios este espíritu de ferviente y generoso apostolado!

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

Día 26: MARÍA EN LAS PRIMERAS PERSECUCIONES

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: No temer la persecución

Tras las primeras conquistas de la fe vinieron las primeras iras del infierno contra ella, y corrió la sangre de los primeros mártires. Los apóstoles fueron varias veces víctimas de las rencorosas vejaciones de los judíos, y después en diferentes lugares derramaron su sangre casi todos por Jesucristo. María daba valor a los primeros con su palabra y con su oración.

El odio contra la verdad ha armado siempre el brazo de los malvados contra los seguidores de ella. “Todos los que quieran piadosamente vivir según Jesucristo, ha dicho San  Pablo, padecerán persecución”. Nuestro siglo ha visto correr sangre de cristianos por el sólo delito de serlo. Aun cuando a tanto no se llega, cuando no se extrema la vejación hasta el punto de herir y matar los cuerpos, es indudable que se ejerce con bastante saña y crueldad para afligir más de una vez con verdadero martirio a los muchos fieles discípulos de Cristo en su fama, en su honra, en sus intereses, en su tranquilidad, en su porvenir y en el de sus familias. Acordaos en estos casos de que las primeras lágrimas y congojas de la persecución por causa de la fe fueron consoladas por María Santísima, que no sin razón se llama Reina de los Mártires. Y desde entonces la devoción a María ha sido el consuelo de todos los oprimidos por causa de su Divino Hijo.

¡Madre, qué necesitados estamos hoy de que socorra vuestro poder a los cristianos, en mil formas distintas fieramente perseguidos por el odio. ¡Se nuestro escudo de protector!

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 27: MARÍA EN SU ANCIANIDAD

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Preparación para la muerte

La tradición nos dice que llegó María Santísima a muy avanzada edad, pues quiso el Señor dejarla mucho tiempo en la tierra para consuelo de los primeros cristianos. La ancianidad de María era su completa sazón y madurez para el cielo, al que iba a ser trasladada; y durante estos años postreros de su vida mortal, su único suspiro era ya morir para más íntimamente unirse con su Dios y Señor.

Los años que te concede Dios en esta vida mortal debes considerarlos como breves momentos de preparación para aquel momento supremo del cual depende tu suerte definitiva por toda la eternidad. La vida para el hombre, y mucho más para el cristiano, no debe ser más que el aprendizaje de bien morir. Tener presente la muerte no hace triste y tediosa la vida, sino seria, formal y de elevados y profundos pensamientos. La balanza de la muerte es la más exacta para pesar con ella todos los asuntos de la vida. Frívolos y livianos son los que no piensan en ella, por eso mismo debe ser la muerte objeto de larga y detenida preparación con la importancia y peso que tiene. Corta es la vida del hombre, para disponerla a viaje de tales consecuencias. En un instante se muere, pero en largos años tal vez no se aprende aún a bien morir. Sea éste tu ejercicio de cada día. “Cada día muero” decía un santo; y éste es el medio más acertado de aprender a morir. Darle cada día voluntariamente al mundo la despedida que forzosamente tendremos que darle al fin. No traer pegada al cuerpo y menos al corazón, sino solamente prendida con alfileres, la vestidura de que en aquella hora violentamente se nos va ha de despojar.

Esa debe ser tu ciencia principal, esa la más ingeniosa de tus artes e industrias, y en que debes procurar salir perfectamente adiestrado.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

Día 28: MARÍA EN SU TRÁNSITO GLORIOSO

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Perfecta unión con Dios

Llegó entretanto la hora suspirada. María, como hija de Adán, debía morir; pero su muerte fue apacible y suavísima, como hubiera sido la de todos los hombres de no haber contraído la primera culpa. Su muerte fue el suave desprenderse del estado terreno para volar a la íntima unión con Dios.

Desde este punto de vista debes mirar la muerte, a fin de que no la rechaces para que sea gozosa y apacible su perspectiva. Así la miró María, y así la miraron los santos; esperándola como se espera la visita de un buen amigo que nos viene a dar una grata noticia. Contempla a María, en el lecho de su muerte, sobre su frente y sobre sus ojos se diría que reflejan ya los resplandores de la feliz eternidad. No merecemos nosotros tanta dicha, puesto que no tuvimos en esta vida su integridad y pureza; pero si lloramos arrepentidos, la misericordia de Dios guardará todavía inefables sonrisas para la hora de nuestra agonía. Vamos a poseer para siempre a Dios; vamos a vernos estrechados en su dulce abrazo, y éste eternamente, sin temor de perderlo ya más unidos a su dulce Corazón.

Hagámonos dignos de una muerte dichosa que nos traslade, como a María, de las borrascas de este mundo al puerto seguro de aquella feliz y suspirada unión.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

Día 29: MARÍA EN SU RESURRECCIÓN

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Nuestra carne glorificada

No podía permitir el Eterno que la carne purísima de la que había tomado la suya para su encarnación el Verbo, pasase por la corrupción del sepulcro y aguardase en él la hora de la resurrección antes del universal juicio.

También tú un día resucitarás; sí, esta carne que te acompaña en el viaje de la vida, participará de la glorificación del alma justa, pues participó de sus luchas y trabajos y la ayudó para su santificación. Respeta, pues, ese cuerpo grosero que un día será cuerpo glorificado, no permitiéndole encenagarse en los charcos del pecado, ni degradarse condescendiendo con ruines concupiscencias. Cuida su dignidad durante su permanencia en la tierra, granjea méritos para esta preciosa herencia. Carne es, que un día ha de resplandecer como astro de maravillosa luz, a semejanza de Cristo y de su Madre resucitados. Vergüenza sería permitirle se redujese durante esta peregrinación a la ruin condición de las bestias. No llegaría a ocupar un lugar en la celestial jerarquía de los ángeles, si aquí no ha sabido vivir dominando sus instintos. Que el cuerpo no se aflija con la mortificación, que lleve la cruz aunque sea pesada. Mucho se puede y debe trabajar por lo mucho que vale, y sólo a ese precio compraron Cristo y su madre las glorias de su triunfante Resurrección.

Madre mía, alcánzame fuerzas para reducir mi cuerpo a esa debida sujeción que puede merecerme tanta gloria.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 30: MARÍA EN SU ASUNCIÓN A LOS CIELOS

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: La dichosa eternidad

En los brazos de los ángeles y querubines es transportada en cuerpo y alma María a los cielos. Vedla ascender por los aires sobre este esplendoroso carro de victoria, dejando atrás, muy atrás, los profundos valles de la tierra donde tanto gimió. Desde aquel punto empieza para ella la dichosa eternidad, que nunca jamás se acabará.

Tampoco se acabará para ti, eterna será tu dicha en cuerpo y alma en el cielo, como la de la Madre de Dios. Gozarás allí de su presencia visible, y el gozoso aleluya con que allí se le saluda de continuo no cesará ya más. Eterno tu gozo, eterna tu paz, eterno tu disfrute de Dios. Esta sola consideración ha de hacerte llevaderos todos los sacrificios pues estás llamado a poseer eternamente la gloria de todo un Dios. Repítelo para tu consuelo muchas veces: Eternamente, eternamente. No cien años, no mil años, no un millón de años, no un millón de siglos, no un millón de millones de siglos, sino eternamente por toda la eternidad. Siempre, siempre, siempre, sin acabarse jamás. Mira a esa luz lo que arriesgas pecando; mira lo que aseguras y atesoras obedeciendo a la ley divina. Por terrenas recompensas, por humanas fortunas, se entregan los hombres a fatigosos quehaceres y soportan peligros. ¿Y ninguna fatiga ha de resistir por hacerse con esta fortuna del cielo el cristiano a quien, bajo su palabra, se lo prometió su Dios?

Resuélvete a no perdonar fatiga ni sacrificio para asegurarte la posesión de esta feliz eternidad llevando muchas almas contigo.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

 

Día 31: MARÍA EN SU TRONO DE GLORIA

¡Mi Madre, mi  Señora, mi Reina! De tu soberano Hijo y Señor mío, alcánzame en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma esta breve  meditación.

MEDITACIÓN: Intercesión poderosa

María reina en los cielos, en trono de luz superior al de todos los santos, y sólo inferior al de la Trinidad  Beatísima y al de la Humanidad Santa de su Divino Hijo. Ora allí e intercede por nosotros sus hijos, a fin de facilitarnos reinar en su compañía.

No se te haga difícil, ni creas imposible llegar al punto donde has visto llegar a la celestial Señora, y recorrer paso a paso los caminos que Ella recorrió. María no cesa de ayudarte desde el cielo, y su oración poderosa como Reina, y bondadosa como Madre, no cesa un momento de interceder por ti. No es el tesoro de las gracias, pero es su privilegiada Tesorera; no es la fuente, pero es el caño por donde se derrama el Agua Viva. Ha sido dada como nuestro ejemplo y para siempre por Abogada. No olvida a los que dejó gimiendo y suspirando en este valle de lágrimas. Quiere para su Hijo la mayor y más numerosa corona de bienaventurados, por eso es constante y enérgica la intercesión de María por cada uno.

No todo el que dice solamente: “¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos” nos dijo Jesús en el Evangelio; lógico es, pues, deducir que no basta clamar: ¡Señora, Señora! para merecer su protección. Debe justificarse con la conducta obediente y respetuosa a María. La ley de Dios y los ejemplos de María, he aquí la norma de vida que te ha de acreditar verdadero devoto suyo aquí en vida y hacerte eterno compañero suyo en la patria inmortal.

Mira en los cielos a tu Madre que te aguarda, te convida y te señala el camino para subir allá.

Jaculatoria: Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza. R. Por siempre sea bendita y alabada.

FLORES ESPIRITUALES

Se puede ofrecer cada día una flor espiritual como obsequio a la Madre de Dios:

1- Ofrecer la Santa Misa por las almas del purgatorio.

2- Adoración ante el Santísimo Sacramento pidiendo por la conversión de los pecadores.

3- Privarse de algo que te cueste, como mortificación por los pecados veniales.

4- Guardar mayor recogimiento de los ojos para honrar la pureza de María.

5- Rezar el Santo Rosario pidiendo por la Paz del mundo.

6- Rezar la Coronilla de la Misericordia a las 15 horas.

7- Privarse de algo apetecible, en memoria de la hiel y vinagre del Salvador.

8- Dar limosna a un pobre, quitándome de algo que quisiera comprar.

9- Visitar a un enfermo llevándole algún consuelo espiritual.

10- Rezar el Santo Rosario por el Santo Padre y sus intenciones.

11- Hacer un acto público de fe de los que más repugne a nuestro amor propio.

12- Meditar la Pasión por largo tiempo para reparar mi mediocridad.

13- Media hora de lectura espiritual.

14- Un ayuno o abstinencia por nuestras culpas más graves.

15- Ofrecer el ejercicio del Vía Crucis por nuestros enemigos.

16- Peregrinar a algún Santuario de la Virgen para honrarla.

17-Confesar y comulgar como si se recibiesen estos sacramentos a la hora de la muerte.

18- Hacer un acto de perdón o de amor a cualquiera que nos haya ofendido.

19- Rezar un Credo pidiendo la conversión de los blasfemos.

20- Rezar el Santo Rosario para pedir por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa.

21- Una visita al Señor Sacramentado por el fomento de las misiones.

22- Meditar los Dolores de María por los agonizantes.

23- Practicar una buena obra para llevar por buen camino a una persona alejada de Dios.

24- Dar un buen ejemplo públicamente en reparación de los malos ejemplos que hayamos dado alguna vez.

25- Rezo del Santo Rosario por la Unidad de la Iglesia.

26- Hacer una comunión espiritual ante Jesús en el Sagrario.

27- Ofrecer la Santa Misa y Comunión por la santidad de los sacerdotes.

28- Guardar especial retiro todo el día como preparación para la muerte.

29- Advertir por y con caridad a un prójimo de un defecto que acostumbre incurrir.

30- Pasar un tiempo prolongado de rodillas reparando los pecados en la vida consagrada y religiosa.

31- Proponer hacer cada día el examen de conciencia.